República
Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder
Popular para la Educación.
Ciudad
Bolívar, 05 de Mayo del 2018.
PNFA:
Educación y tecnología de la informática y comunicación.
Participante:
Angelheylin Figueroa
Pedagogía
del Amor.
Muchos docentes
a lo largo de su profesión utilizan la palabra amor, pero son pocos
los que lo transmiten a sus alumnos, un docente siempre debe ser
original, único e incomparable como persona y ser humano, de igual
manera con sus alumnos siempre debe demostrar afecto y comprensión,
hacerles sentir que es mas que su maestro, que es un amigo,
compañero y mas, hacerle sentir que en el puede confiar sus
experiencias, anécdotas y hasta aquellos problemas que perturben su
tranquilidad emocional y familiar, ya que gracias a esto el alumno se
sentirá en un clima cálido y acto donde existirá un ambiente de
afecto y respeto mutuo.
El ser humano
posee y expresa diversos sentimientos, tristeza, felicidad, rabia,
odio y amor, este ultimo es uno de los más importantes en el
transcurso de su vida, porque debemos amar y aprender a amar de
corazón sin esperar algo a cambio, mas que el resultado y la
satisfacción de lograr un buen trabajo. La palabra ¨AMOR¨ tiene un
gran significado tanto conceptual como práctico, este representa un
papel importante en la labor diaria del docente, debido a que no
podemos educar ni guiar a nuestros alumnos, de una manera efectiva
sino somos afectivos. Para educar con amor en indispensable la
afectividad mutua, docente-alumno, alumno-docente. En la educación
pueden existir muchas técnicas y métodos para instruir a los
alumnos en su aprendizaje, por muy complejo que sea o fácil el
contenido a aprender, nada puede remplazar el cariño mutuo en la
educación, este a su vez esta representado por el respeto y la
paciencia. Como lo expresa la siguiente cita:
¨Amor
se escribe con (A), de ayuda, apoyo, ánimo, aliento, asombro,
acompañamiento, amistad. La amistad significa el no solo un antídoto
contra la soledad, sino también un refuerzo recíproco en
situaciones difíciles y también un estimulo para avanzar¨
La
pedagogía del amor y la ternura implica también que cada educador,
además de amar a cada alumno y de amarse a sí mismo, ama también a
todos y cada uno de sus compañeros.
Desterremos
la rutina, los rituales grises, las jornadas monótonas, siempre
iguales. Cada día debe ser una sorpresa, cada actividad una fuente
de asombro. Los alumnos acuden al centro educativo no a repetir
rituales aburridos, sino a dejarse sorprender por la innovación y la
creatividad. Los salones se convierten en talleres y laboratorios
donde se aprende a crear y producir y no meramente a copiar y
reproducir.
Hay
que hablar menos y dedicar más tiempo a planificar. Debemos tener
presente que a pesar de guiarnos por medio de instrumentos y técnicas
entre otras normativas que nos exige el curriculum educativo que
nunca podemos ser repetitivo ya que cometeríamos el gran error del
aburrimiento, teniendo en cuenta que el alumno que es nuestro
principal interés y motivación perderá ese amor al querer siempre
estar interactuando dentro del desarrollo de cada actividad que le
presentemos, por tal motivo debemos planificar con alegría con
innovación ya que el verdadero docente es de naturaleza creativa
tenemos que hacer que cada día de aprendizaje sea un manantial nuevo
de fiesta en la alimentación de su conocimiento.
La
pedagogía del amor es un ciclo inmenso de aprendizaje y experiencias
significativas tanto para el alumno como para uno el profesor, dentro
de esta pedagogía tenemos que aprender a desarrollar por medio del
amor a nuestra profesión nuestra propia pedagogía de alegría,
inclusión, asombro, ternura, compresión y fe en lo que hacemos, ya
que si desarrollamos estas pedagogías tomando como pilar principal
el amor, ese mismo amor que nos llevo a prepararnos y esforzarnos
para llegar a ser lo que hoy somos educadores formadores de sueños y
esperanzas recordando ese gran viaje que vivimos como alumnos y nunca
olvidaremos, los fracasos que tuvimos ya que gracias a esos tropiezos
seremos capaces de enseñar a que nuestros alumnos sean capaces de
superar sus propios errores sin que le dejen marcas, porque ese es el
fin de la pedagogía del amor enseñar un aprendizaje a través de la
felicidad para que el día a día del colegio sea un día lleno de
sueños y emociones que el saber no sea un deber sino mas bien una
aventura que despierte pasión esa pasión que desemboque esas ansias
del saber esa curiosidad infinita de cada día ser mejor forjado en
la humildad.
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